El ensueño del parquéEl ensueño del parqué

El ensueño del parquéEl ensueño del parqué

Las salidas a Bolsa llevan tiempo en España a la espera de una ansiada recuperación que no acaba de llegar. Si en 2021 la amplia lista de candidatos y las buenas expectativas presagiaban un ejercicio récord, año y medio después las salidas a Bolsa siguen entre el suspense y el letargo. En el ámbito internacional se ha notado también cierta ralentización en lo que llevamos de año, ante la evidente y generalizada volatilidad que trajo la crisis de suministros primero y la invasión de Ucrania después.

En LLYC hemos hecho un ejercicio de análisis a través de conversaciones individuales en profundidad con ocho responsables de Equity Capital Markets (ECM) de otros tantos de los principales bancos de inversión que operan en España. El estudio completo, La duermevela del mercado. El despertador de las salidas a Bolsa no termina de sonar, puede consultarse íntegro aquí. A continuación resumimos las principales causas del fenómeno y algunas previsiones de cuándo podría volver a sonar la campana en el Palacio de la Bolsa.

La primera y probablemente más eficaz fórmula para predecir cuándo volverán las salidas a Bolsa la marca el índice VIX, que refleja las expectativas del mercado sobre volatilidad futura. Cuando supera los 20 puntos, el mercado anticipa que la incertidumbre es demasiado alta y suspende cualquier tentativa. En lo que llevamos de año, el VIX solo ha bajado ocasionalmente de esos 20 puntos un par de veces, lo que explicaría que en el primer semestre de 2022 solo haya habido dos escuetas salidas al BME Growth.

Ahora bien, la volatilidad no equivale a que muchas empresas hayan descartado su posible debú bursátil. Varias siguen preparándose en la sombra, con el propósito latente de tomar la delantera si en algún momento volviera la estabilidad. Entre los expertos en ECM hay cierto consenso en que las primeras operaciones provendrán de sectores que ya son tendencia y aportan fuertes expectativas de crecimiento, como pueden ser las renovables o las farmacéuticas, aunque en el primer ejemplo la liquidez del mercado es tan alta que las colocaciones de deuda empiezan a ser una seria alternativa al parqué.

Además, cuando surja esa posible ventana de oportunidad, se cree que las primeras compañías en intentar el salto serán las de mayor tamaño. Pero ni siquiera eso bastará. En adelante se considera más decisivo armar un buen relato corporativo; es decir, un equity story capaz de despertar interés y de aportar cierta expectación. Claro que el atractivo del mercado español también ha acusado cierto desgaste frente a otras plazas europeas. Suele citarse el ejemplo de Allfunds, que debutó en Euronext Ámsterdam en abril de 2021. Está por ver si será una excepción o una tendencia creciente a medio plazo.

Claro que no todo son malas noticias. Han empezado aparecer revulsivos para las salidas a Bolsa, como por ejemplo los spin-off y el creciente papel del BME Growth como puente hacia el Mercado Continuo. Bankinter y Acciona aportaron los primeros ejemplos de spin-off, respectivamente en seguros y renovables, y siguen abiertas las opciones de otros proyectos en el ámbito de la energía. De hecho, parece bastante probable que algunas de las futuras salidas a Bolsa se concreten en este ámbito.

Lo que ningún experto espera es que se atenúe la competencia que el capital privado ha venido haciendo a la Bolsa en la última década. Sobre las causas que han llevado a la Bolsa a reducir su atractivo frente al capital privado, los expertos destacan cinco motivos principales.

El primero, la sensibilidad de los mercados públicos a temas macroeconómicos, políticos y sociales, algo especialmente crítico en un momento de gran disrupción como el que estamos viviendo. En segundo término, la elevada liquidez disponible y los recursos que se han ido redirigiendo al private equity. En tercera instancia, los inversores privados siguen dispuestos a pagar valoraciones muy por encima de las de los mercados públicos. En cuarto término, los bajos tipos de interés han permitido hasta ahora a los fondos de capital privado apalancar sus adquisiciones. Y, por último, el perfil del tejido empresarial español es rico en compañías maduras y, por lo tanto, atractivas para el private equity.

En ese entorno volátil y cada vez más competitivo, cualquier empresa que se plantea la salida a Bolsa no estudia solo un posible dual track, sino a veces incluso un triple track. Tocará decidir entonces entre la salida a Bolsa, la operación de M&A clásica o la posible fusión con una SPAC. Parece claro que en algún momento la empresa deberá decidir qué alternativa elige, pero en general todos los expertos subrayan que esa decisión tiende a demorarse cada vez más en el tiempo, lo que, lejos de ser una paradoja, permite maximizar la información a disposición de la compañía. Una vez interiorice esa información y tenga claros cuáles son sus objetivos, le será más fácil tomar la mejor decisión en el momento idóneo.

Artículo elaborado por Luis Guerricagoitia y Valvanera Lecha, director sénior y directora de Comunicación Financiera en LLYC.