Integridad corporativa; exigencia y oportunidad.Integridad corporativa; exigencia y oportunidad.

Integridad corporativa; exigencia y oportunidad.Integridad corporativa; exigencia y oportunidad.

Actuar con ética en los negocios se ha convertido en una variable adicional para el éxito o fracaso de las compañías. La cultura corporativa de integridad se afianzará como piedra angular de un Compliance efectivo.

En febrero publicábamos un artículo adelantando algunas de las tendencias que se irán consolidando a lo largo del 2021. La primera apuntaba al nuevo paradigma en el que deben aprender a moverse las compañías que quieran formar parte del ya obligado “stakeholders capitalism[1].

Los daños, a menudo irreparables, causados por determinados comportamientos empresariales ilegales, o aún siendo legales, se perciben poco éticos, vienen siendo motivo de creciente preocupación en el mundo corporativo y en la sociedad en general. Recordemos sólo algunos como los de Wolkswagen, Enron, Wallmart, Goldman Sachs, Arthur Andersen, Uber, Siemens, Airbus, Alstom, Petrobas, Facebook, Banco Espirito Santo, Wirecard, Teva Pharma, Parmalat, Theranos. La lista es interminable.

Este tipo de actuaciones muchas veces provocadas por visiones cortoplacistas en la obtención de puros resultados financieros ponen en peligro la reputación y la propia supervivencia de las empresas, provocando además, un impacto negativo, y, no en pocas ocasiones, irreversible, para otros grupos de interés presentes en el ecosistema en el que operan las empresas. La actividad empresarial configura el mundo en el que vivimos, a veces para bien y otras para mal.

La empresa, por definición es una entidad con ánimo de lucro, es decir, su fin último es la obtención de beneficios mediante la venta de productos o la prestación de servicios. ¿Hacer bien las cosas es incompatible con hacer negocios? ¿Si tengo en consideración la ética en la actividad empresarial tendré menos beneficios?

La respuesta es un rotundo NO. Muy al contrario, hemos pasado de una época en la que casi todo valía a una época donde “hacer las cosas bien” es, y cada vez más, será clave para que las empresas tengan éxito y perduren. Y aunque no es fácil de probar con los indicadores que se manejan en el mundo empresarial, son varios los estudios que muestran indicios de que la ética empresarial vende; tiene “pay back” porque el rendimiento social de las empresas mejora el rendimiento financiero de las mismas[2].

En el mundo académico empresarial se suelen contraponer dos corrientes o teorías, que aunque siempre presentadas como contrapuestas podrían llegar a converger porque todo lo que suponga valor para la empresa terminará suponiendo valor para los accionistas de uno u otro modo. La primera de ella es la de la primacía de los accionistas, defendida entre otros, por R.E. Friedman en los 70: la finalidad última de la empresa es aportar riqueza a sus accionistas, y por tanto la única responsabilidad social de la empresa es maximizar beneficios. La segunda, cuyo máximo representante es Freeman en los 80, sería la teoría de los stakeholders[3] o grupos de interés. Esta última, defiende que las empresas deben dirigirse de forma que se consiga un equilibrio entre los intereses de los distintos grupos de interés, incluyendo los de los accionistas.

Esta última corriente ha seguido desarrollándose desde distintas instancias y foros empresariales y económicos, como el World Economic Forum,la OECD,BlackRock [4]laBusiness Roundtable [5], la CEOE, o el renovado compromiso de los líderes empresariales europeos en la defensa de los Diez Principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas y los ODS[6].

Ya no es suficiente con cumplir las leyes y obtener los máximos beneficios, ahora se exige eso y más. Es esencial actuar con ética en los negocios, adquirir nuevos compromisos que tengan en cuenta las expectativas de los distintos grupos de interés, y por encima de todo, CUMPLIRLOS.

Y es aquí donde el Compliance se convierte en un aliado para la empresa y sus líderes. La incoherencia ya no se perdona, un Compliance integral e integrado es una herramienta clave para pasar del storytelling al storydoing.

Autoridades y agencias reguladoras nacionales e internacionales[7] vienen ya hace tiempo y cada vez más poniendo el énfasis en la importancia de crear y mantener una cultura de integridad y cumplimiento como elemento clave para poder hablar de un Compliance efectivo. En esta misma línea, el estándar certificable ISO 37301:2021 sobre sistemas de gestión de compliance, que verá la luz próximamente.

Y aquí viene el gran reto para las empresas; ¿qué es y cómo se consigue implementar una cultura de integridad?. Existen factores que favorecen una verdadera cultura de integridad empresarial, también factores que la perjudican. Es esencial poner en marcha planes para potenciar unos y minimizar los otros.

Hay importantes herramientas para que las empresas y sus líderes puedan promover este tipo de cultura, impulsando voluntades y fomentando los comportamientos deseados. Conseguir compromiso y accountability por parte de los colaboradores será clave porque la cultura de integridad, aunque debe potenciarse desde arriba, se construye entre todos.

Artículo elaborado por Patricia Carretero, CCEP, CCEP-I, Senior Advisor en Integridad y Compliance Corporativos en LLYC.

[1]  Stakeholders capitalism: término acuñado por la Word Economic Forum. Se traduce como el capitalismo de los grupos de interés.
[2] Ver datos en https://www.worldsmostethicalcompanies.com/. Orlitzky, M., F.L. Schmidt, & S.L. Rynes, 2003, “Corporate Social and Financial Performance: A Meta-Analysis”, Organization Studies, 24(3): 403–441.  Margolis, J.D. & J.P. Walsh, 2003, “Misery Loves Companies: Rethinking Social Initiatives by Business”, Administrative Science Quarterly, 48(2): 268–305.
[3] El término “stakeholders” en este contexto se refiere a los grupos de interés que se relacionan y conviven en el ecosistema en el que las organizaciones desarrollan su actividad empresarial. Entre otros, accionistas, clinetes, trabajadores, proveedores,
[4] Principal fondo de inversión global y el mayor inversor en el Ibex 35.
[5] Asociación estadounidense con base en Washington, D.C. cuyos miembros son directores ejecutivos de importantes compañías de EE. UU.
[6] Objetivos de Desarrollo Sostenible.
[7] United States Sentencing Commission, 2018 (Guidelines Manual, §3E1.1)
UK Financial Conduct Authority, 2018 (Transforming Culture In Financial Services)
Circular 1/2016, sobre la responsabilidad penal de las personas jurídicas conforme a la reforma del Código Penal efectuada por Ley Orgánica 1/2015