Tendencias Compliance 2021: desafíos y oportunidades.Tendencias Compliance 2021: desafíos y oportunidades.

Tendencias Compliance 2021: desafíos y oportunidades.Tendencias Compliance 2021: desafíos y oportunidades.

Las tendencias en Compliance se aceleran en 2021 para convertirse en verdaderos desafíos, que bien gestionados, se transformarán en oportunidades para las organizaciones que sepan anticiparse.

Sin duda 2021 no empieza como cualquier otro año. Es inevitable nombrar al Covid-19 como un factor que nos ha afectado de forma irreversible, como individuos y como sociedad.

Si nos trasladamos al mundo corporativo, las organizaciones se han visto igualmente tocadas de un día para otro, afectando a los que formamos parte de las mismas, a la forma de liderar, a la forma de trabajar, al lugar desde el que lo hacemos, a los planes, presupuestos y estrategias. Nos ha tocado de lleno, y en no pocos casos, ha sido un golpe que ha dejado, y aún seguirá, dejando fuera de juego a demasiadas compañías.

Aunque aún nos quedan por ver los peores efectos de la crisis económica, las previsiones del FMI son de recuperación para 2021 y las compañías bien preparadas lo podrán aprovechar. Ahora más que nunca debemos ser capaces de perseguir el famoso lema “Never let a good crisis go to waste”.

En este contexto, el Compliance acelera su carrera imparable convirtiéndose en un aliado del negocio para superar los nuevos desafíos y convertirlos en oportunidades. Adelanto a continuación algunas de las tendencias que creo seguirán o empezarán a madurar a lo largo del 2021. La idea es incidir y explicar las más relevantes en próximas publicaciones.

  1. Business can´t afford not be good”. La cultura corporativa de integridad y cumplimiento se afianzará como piedra angular de un Compliance efectivo.

Las autoridades reguladoras vienen ya hace tiempo y cada vez más poniendo el énfasis en la existencia y mantenimiento de una cultura de integridad y cumplimiento para poder hablar de un Compliance efectivo. El nuevo estándar certificable ISO 37301:2021 sobre sistemas de gestión de compliance, que verá la luz próximamente, apuntala esta tendencia otorgando a la cultura organizativa una importancia digna de mención.

Será clave que las compañías pongan en marcha planes concretos con el objetivo de crear y mantener una verdadera cultura de integridad y cumplimiento, para ello habrá que impulsar voluntades y fomentar los comportamientos deseados, así como conseguir compromiso y accountability por parte de los colaboradores. Existen potentes habilitadores para conseguirlo.

  1. El valued-based Compliance gana terreno y se convertirá en un gran aliado para que el propósito y los valores corporativos sean una realidad.

Un adecuado balance entre el Compliance normativo y el Compliance basado en valores es clave para conseguir la tan deseada eficacia en esta materia. Los incentivos positivos se posicionarán como una respuesta efectiva frente a la imposición por sanción.

Un sistema de gestión de compliance basado en valores que integre y maximice el cumplimiento del propósito se convertirá además en una pieza clave para asegurar la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

  1. Compliance holístico; también, y más que nunca, los compromisos voluntarios.

Más allá de las leyes que puedan resultar de aplicación, los compromisos voluntarios que las organizaciones adquieren como respuesta al ya acuñado “stakeholder capitalism” deben incluirse en un sistema de gestión de Compliance y así maximizar su cumplimiento.

Integrar los criterios EGS (ASG: ambientales, sociales y de gobierno corporativo), así como otro tipo de compromisos voluntarios bajo un sistema de gestión de cumplimiento diseñado e implementado a medida de cada organización se convierte en la fórmula más eficaz para cumplirlos, facilitando además de su reporte, su integración en la estrategia, el negocio y la toma de decisiones.

  1. Integración de riesgos. Todos los riesgos corporativos bajo un mismo paraguas.

Es esencial que en 2021 las organizaciones puedan responder más rápido al riesgo y hacerlo estratégicamente. Una gestión separada de los mismos, será un obstáculo para ello y creará ineficiencias y duplicidades.

Las organizaciones comenzarán a integrar todos los riesgos corporativos bajo un mismo sistema y metodología. Los riesgos operativos, los reputacionales, los financieros, los propios de Compliance, entre otros, se manejarán, cada vez más, bajo un mismo tejado. La definición de roles y responsabilidades será esencial para su éxito.

  1. La cultura de Speak-Up irá ganando terreno y terminará por convertirse en “new normal”.

Si bien habrá resistencias en determinadas culturas donde aún nos cuesta superar la creencia errónea de que contar lo que otros hacen mal es deslealtad, la cultura de levantar la mano y hablar sobre lo que pasa en las organizaciones terminará cuajando. Nuevas e importantes regulaciones pretenden impulsar este cambio.

Poner en marcha canales de reporte adecuados será la mejor manera que tendrán las organizaciones de tener información de primera mano, y así, poder poner remedio lo antes posible si hay algo que corregir, evitando mayores daños, incluidos los reputacionales.

  1. El CEO como protagonista e impulsor.

Expertos consultores y gurus del mundo corporativo insisten en que es ahora el momento del CEO. McKinsey ha acuñado el término “CEO moment” incidiendo en que es el “once-in-a generation opportunity”. Otros expertos como LLYC hablan del “CEO activista” abogando igualmente por este nuevo rol que les toca ejercer para impulsar y materializar el impacto positivo que se exige al mundo corporativo.

El CEO, cada vez más consciente de lo determinante de su rol en materia de integridad y cumplimiento corporativos, deberá comenzar a ejercerlo de forma mucho más activa y visible. Esencial que adquiera el expertise y los recursos necesarios para hacerlo de forma exitosa.

 

Artículo elaborado por Patricia Carretero, CCEP, CCEP-I, Senior Advisor en Integridad y Compliance Corporativos en LLYC.