Fake news & The New Normal

Fake news & The New Normal

 

Tras varios meses de confinamiento, en España estamos iniciando poco a poco la ya conocida como “nueva normalidad”. Una etapa en la que, al menos hasta que se encuentre una vacuna que pueda hacer frente a la COVID-19, la sociedad en su conjunto deberá aprender a convivir con este virus.

Resulta complicado encontrar precedentes de situaciones similares en la historia reciente en lo relativo a la convivencia de la sociedad con un virus para el que todavía no se ha encontrado un tratamiento o una solución eficaz. Sin embargo, la ciudadanía lleva un largo periodo de tiempo conviviendo con una gran amenaza, tanto a nivel comunicativo como a nivel informativo, y que en muchos aspectos también funciona como un virus: las conocidas como fake news.

La Comisión Europea presentó el año pasado un informe en el que se señalaba que el 83% de los españoles consideraban las fake news como un problema para la democracia. Ese mismo informe apuntaba que casi ocho de cada diez encuestados solía encontrar a menudo noticias que distorsionan la realidad o que son falsas.

Durante la crisis sanitaria producida por la COVID-19 se han generado múltiples debates tanto a nivel político como a nivel mediático sobre qué debería ser considerado como una fake news o qué es una fuente fidedigna de información. La ciudadanía, la gran perjudicada por la desinformación en un contexto de incertidumbre económica y sanitaria, no se ha mantenido al margen de esta coyuntura.

Pero ¿están realmente los ciudadanos preparados para hacer frente a las fake news?

A lo largo de estos meses se ha visto un aumento de las búsquedas en internet de noticias que podían ser consideradas como fake news con el principal objetivo de comprobar si éstas eran ciertas o no. Tanto es así que grandes empresas como Facebook, Google, Microsoft, LinkedIn, Reddit, YouTube  y Twitter decidieron unirse el pasado mes de marzo para “ayudar a millones de personas a mantenerse conectadas al tiempo que combatimos conjuntamente el fraude y la información errónea sobre el virus”. La agencia EFE, la primera agencia de noticias en español y la cuarta del mundo, a través de su herramienta EFE Verifica ha sido el último verificador que se ha unido al equipo de detección de bulos de Facebook, un programa donde participan 60 organizaciones que forman parte de la International Fact-Checking Network (IFCN), una red que promueve la verificación no partidista.

Portales dedicados al fact-checking y al desmentido de noticias falsas como son Newtral o Maldita.es, ambas dentro del equipo de verificadores de Facebook, han visto como sus visitas aumentaban considerablemente durante los meses de marzo y abril. Así, según los datos de Similarweb -una herramienta de análisis de sitios web- Newtral recibió más de 5.000.000 millones de visitas en los dos últimos meses, 4.000.000 de visitas más que en los meses de enero y febrero, mientras que Maldita.es registró en el mes de marzo, en plena crisis sanitaria por la COVID-19, 9.700.000 visitas, 8 millones de visitas más que en el mes anterior.

Parece indudable que la situación actual, así como la venidera en los próximos meses requiere que los ciudadanos no sean meros sujetos pasivos de la información que reciben, sino que muestren una posición crítica y activa para el problema de las fake news. Lo cierto es que la comunicación, junto con el consumo de información, ha evolucionado y ha hecho posible que cualquier persona pueda participar de una forma activa en la creación de contenidos e incluso tenga la capacidad a través de las redes sociales o de iniciativas personales de marcar la agenda.

Es por ello por lo que, de la misma forma que una persona tiene la facilidad de acceder a una información o incluso crearla, debería tener la misma accesibilidad para comprobar, con todas las certezas posibles, si lo que lee es cierto o no. Mantener un espíritu crítico con la realidad que nos rodea en tiempos de incertidumbre y volatilidad ¿ayudaría a paliar los efectos de las fake news?

No solo los consumidores de información deben estar alerta ante esta situación. Las organizaciones juegan un papel clave, tanto como aliados para hacer frente a la desinformación como posibles perjudicados ante la implosión de una noticia falsa. Alejandro Romero, Socio y CEO Américas de LLYC, en el informe Deepfakes: la siguiente gran amenaza para la reputación corporativa señala que “para las empresas, la comunicación será el diferenciador clave entre un episodio desagradable o un escándalo corporativo demoledor”.

Convivir con las fake news es un un reto complicado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de este problema, al que ha calificado de “infodemia”, y ha señalado que para contrarrestar los efectos de las mismas hay que llenar Internet de hechos y ciencia.

Parece claro que, al igual que durante un tiempo tendremos que convivir con la COVID-19, las fake news continuarán estando presentes en nuestro día a día, propagándose y copando las pantallas de miles y miles de dispositivos electrónicos.  Aún así, cualquier avance para aminorar sus efectos entre la ciudadanía será un paso adelante que servirá para construir una sociedad mejor informada.

Los hechos, la ciencia, el pensamiento crítico o una mayor capacidad analítica, así como proporcionar fuentes de información expertas, ofrecer datos y estudios debidamente justificados a los mass media por parte de empresas e instituciones y que las estrategias de comunicación incorporen como evidentes los riesgos de las fake news, serán aspectos clave en un contexto marcado por la complejidad del mundo que nos rodea.

Por estas razones, y teniendo en cuenta que todo apunta a que las fake news seguirán siendo un actor relevante a tener en cuenta en los próximos meses, como así lo han sido hasta la fecha, será imprescindible la colaboración de consumidores, profesionales de la comunicación, instituciones y empresas para lograr la misión de, algún día, mitigar sus efectos entre la ciudadanía.

 

Artículo elaborado por el equipo de Comunicación Corporativa LLYC Madrid, liderado por Paco Hevia. (escrito por Janire Muñoz Sáez, Gerente y Carlos Muñoz Román, Consultor Junior de Comunicación Corporativa en LLYC Madrid)