Guidance en tiempos de coronavirusGuidance en tiempos de coronavirus

Guidance en tiempos de coronavirusGuidance en tiempos de coronavirus

 

Acabamos de terminar la oleada de resultados del primer trimestre. El impacto del COVID-19 en ellos ha sido, por una parte, limitado financieramente, al afectar sólo a 15 días del periodo, pero, sin embargo, han estado ampliamente marcados por la pandemia ante las dudas del mercado sobre las medidas tomadas y el incierto impacto futuro de la misma. En suma, esta crisis ha creado uno de los reportings más difíciles durante muchos años, si no en décadas. Y los resultados del primer semestre, que ya recogerán todo el impacto del COVID, significarán todavía un desafío mayor.

El guidance que publicaron las compañías para el año 2020 antes del estallido de la pandemia ha quedado obsoleto en la mayoría de los casos y ha tenido que ser retirado. La excepción la componen empresas de servicios esenciales que han podido mantener su actividad a pesar del confinamiento como las del sector de telecomunicaciones (Másmovil) o el energético (Red Eléctrica, Enagas o Endesa).

Todavía muchas compañías no se han atrevido a presentar nuevas previsiones. Así, analizando el Ibex 35, sólo el 35% de las compañías ya ha reiterado o actualizado su guidance de 2020 incluyendo el impacto de COVID-19. El 65% de compañías restante cree que sigue habiendo mucha incertidumbre sobre el resultado de esta crisis y que la visibilidad todavía sigue siendo limitada para cuantificar su impacto. Como resulta fácilmente comprensible, casi todo depende del sector en el que operan y en su grado de exposición a la pandemia. Por ejemplo, sectores como el turístico, retail, petrolero o automovilístico han estado especialmente afectados por la pandemia y continúan teniendo una visibilidad limitada.

Pero las dudas no solo están ocurriendo en España. Al respecto, es interesante el estudio que ha realizado Intelligize para IR Magazine. Muestra cómo, desde mediados de marzo, cientos de empresas estadounidenses han eliminado el guidance que habían publicado para 2020. Y solo unas pocas han publicado nuevas cifras con el impacto del COVID-19 incluido.

 

Durante este tiempo de pandemia, las comunicaciones de todas las compañías se han centrado en fijar una narrativa clara sobre su operativa, su flexibilidad financiera y la solidez de su balance, así como en detallar todas las medidas extraordinarias que han tomado desde el inicio de la crisis sanitaria. Y es que los inversores están demandando más que nunca transparencia, y están valorando muy positivamente el esfuerzo extra de comunicación que están haciendo algunas organizaciones en estos tiempos de crisis.

Por tanto, ante la incertidumbre en el mercado, mantenerlo informado se ha vuelto fundamental. No ofrecer una previsión de negocio en momentos como este puede ser comprensible, e incluso acertado, pero no es razón para dejar de trasladar la visión de la compañía. Es importante adaptar su equity story a la realidad actual, contar cómo se ha adaptado o reforzado la estrategia y cómo está preparada para afrontar esta situación. Se trata de una oportunidad para aportar confianza a los analistas e inversores y reforzar la relación con ellos.

Por último, merece la pena destacar que si antes de esta crisis, el peso de ESG (Environmental, Social and Governance) ya era una tendencia imparable, ahora va a salir aún más reforzado. El impacto social va a cobrar mucha importancia, en especial qué han hecho las compañías durante la pandemia para colaborar con las comunidades en las que operan o qué medidas han tomado para el cuidado de sus trabajadores. Sucede igual con el gobierno corporativo: a las exigencias sobre gobierno corporativo existentes, ahora se deberán de sumar una vigilancia añadida a los Consejos de Administración y su correcto desempeño en políticas de gestión de la compañía orientadas al largo plazo, que han demostrado ser las más resilientes ante este tipo de dificultades. La transparencia va a ser clave y se va a penalizar a aquellas compañías que intenten maquillar la situación. El mercado, a medida que la confianza de los inversores vuelva a normalizarse, esperará encontrar esfuerzos por parte de todas las compañías. Y penalizará a las rezagadas, eso seguro.

 

Escrito por Almudena Malo de Molina, Consultor Senior Invest. Relations, Com. Financiera en LLYC.